viernes, 13 de junio de 2008

Cosas que pasan...

Lo que viene a continuación no es más que algo redactado por mi en el comienzo del pasado día 21 de Mayo, una vez que me detuve a "meditar seriamente" por primera vez en mis 24 años de vida, en algunas de las consecuencias de los hechos acontecidos en este país hace un poco más de 6 lustros.Lo que quiero decir con "meditar seriamente" es que por primera vez me tome un momento (no mucho más que eso) en pensar y escribir a mi manera, los sentimientos que pueden llegar a aflorar, al ser víctima directa o indirectamente de los insucesos que puede dejar algo, que perfectamente puede ser catalogado como una guerra, una guerra que quizás hubiera podido ser evitada, si la sociedad de América en general hubiese tenido una "madurez" diferente a la hora de pensar sobre determinados tópicos.Para terminar, querido lector, quiero dejar en claro algunos puntos. Primero que nada, esto no trata de ser un gesto pro-izquierdista ni mucho menos, ya que por más que yo tenga mi manera de ser y pensar izquierdista, no soy un fanático y tampoco me gusta enarbolar ninguna bandera. Segundo, probablemente usted piense que soy un atrevido al inmiscuirme en las cuestiones descritas a continuación ya que no fui partícipe (todavía no tengo claro si afortunada o desafortunadamente) de la época sobre la que escribí y tampoco esa época dejó ningún vacío dentro de mi árbol genealógico. Lo que sigue no es nada más que mis ganas de tratar de hablar sobre algo que dejo un vacío quizás tan boraz como el vientre de un misil, en nuestra sociedad.


MONTEVIDEO 21/05/2008

Cosas que pasan, cosas que pasan y que a su vez hacen que piense que no hace mucho tiempo atrás la frágil balanza que mide los actos, acciones, modos y maneras estaba completamente descalibrada.
Cosas que pasaron y creo que nunca nos vamos a cansar de hacerlas volver, hasta poder terminar de entender que la pena que se puede llegar a sentir a partir de las cosas que pasaron, nunca va a morir con el tiempo, sino que simplemente la vamos a adormecer.
Cosas que muchas veces al traerlas de regreso nos hacen pensar de una manera similar a la que se comporta una calle de un solo sentido, cuando en realidad nuestro pensamiento tendría que asemejarse al comportamiento de una frondosa avenida. Pero no se puede ya que esa calle va a estar orientada por (entre otras cosas) algo tan inútil como tratar de hacer sombra al mediodía, no hablo de nada mas inútil como el rencor.Cosas que pasaron y que hacen que desgraciadamente hoy me dedique un momento a pensar en lo que se puede llegar a sentir cuando no se tiene repuesta a la hora de saber donde esta o que fue lo que en realidad paso con un padre, un hijo, un nieto, que lo único que querían, quizás, era tratar de atravesar esa "cortina de acero" que decoraba nuestros frentes por aquellos días.Cosas que también las sienten aquellos que hoy están del otro lado de la calle. Horrores, que seguramente deben recordar con mirar un simple rostro en la televisión, aquellos que posiblemente les haya caído en gracia (ruego que se lea esto último con tono irónico) al estar en una posición desfavorablemente jerárquica, hacer a esos que en ese tiempo estaban en el otro lado del tablero.Cosas que no se le podrán responder a los seres queridos de aquellas personas que se encontraban en un jeep, los cuales, paradójicamente resultaron ser alérgicos a las balas que terminaron con sus vidas en una fría madrugada del los setenta.
Cosas que hicieron que ayer 20 de Junio mas de 10.000 personas se reunan en silencio y caminen.
Caminen quizás buscando respuesta a algo que quizás no lo tenga, caminen pidiendo justicia por aquellos que no están para reclamarla, caminen para reclamar algo que les haga poner un pseudo punto final en su historia, caminen quizás por la necesidad de poder decir (aunque sea una vez al año) presente cuando la fría voz que sale de un altoparlante nombra a ese que hoy ya no esta.

Lamentablemente estas líneas no tienen el sentido suficiente que le daría alguien que haya sido tocado por cualquiera de las acciones sucedidas en aquellas nefastas épocas, pero esto no fue escrito sin más sentido que la esperanza (quizás inocente) de que haya una respuesta para aquellos (cualquiera que sea el lado de la calle que se encuentren) que la necesitan.