"Dichosos" sean aquellos que todavía no han contado con su visita.
Están ahí por mas que nosotros no los veamos o nos hagamos que no los vemos. Ellos están ahí esperando la oportunidad para tomar parte del juego...actividad lúdica que como tal, a veces suele costar demasiado.
Ellos están ahí aunque muchas veces su ausencia nos vuelve patológicos y desagradables, ellos están ahí gritando (sordamente) tan fuerte como un estadio entero...
Ellos siempre están esperando esa oportunidad que les brinda nuestra lánguida buena voluntad para hacerse de la cancha y andar...
Y al andar todo es diferente...ya se olvida, ya no duele, ya no pesa, ya es temprano o quizás nuca es tarde, cosa efímera ese tiempo que se vuelve tan inalcanzable como la rayita del horizonte o tan cercano como la vuelta de la esquina.
Dirán presente y cuando eso pase, hay que tener plomo en los pies para que no te vuelen, ya que son definitivamente capaces de borrar "esa" sonrisa o de barrer con algo tan fantástico como la mirada inocente de un chiquilín.
Muchos los rotulamos con tal de sentirnos "parte de algo" cuando ellos toman partida, muchos otros los culpan por perdidas acontecidas y también están aquellos que maldicen su vida (pero además se descansan en eso) a la hora que ellos se empiezan a asomar tras la bruma de aquello que a uno le dio por nombrar como subconsciente.
Van a seguir ahí hasta que seamos capaces de terminar esa maldita retroalimentación por la cual ellos subsisten...ellos van a estar ahí siempre, y si no es uno va a ser otro, el que te deje un rato varado en el purgatorio (si es que crees en es tipo de cosas).
