lunes, 12 de noviembre de 2012

La máscara...

En ese aposento...se apoyaba un gigantesco reloj de ébano. Su péndulo balanceaba con un resonar sordo, pesado, monótono; y cuando la hora iba a sonar , de las entrañas de bronce del reloj salía un tañido, claro resonante y profundo y extraordinariamente musical, pero ed un timbre tan particular y potente que de hora en hora, los músicos de la orquesta se veían obligados a interrumpir...para escuchar el sonido; y las parejas danzaban cezaban por fuerza, sus evoluciones; durante un momento. en aquella alegre sociedad reinaba el desconcierto; y mientras aún resonaban los tañidos del reloj, se notaba que los vehementes palidecían y los de mas edad y más sensatos, se pasaban la mano por la frente, como si se entregaran a un confuso ensueño o meditación.

Pero apenas los ecos cesaban del todo, livianas risas se difundían por la reunión...y sonreían de su nerviosidad...mientras se promentían unos a otros en voz baja que el siguiente tañido del reloj no provocaría en ellos una emoción semejante. Mas, al cabo de sesenta minutos...el reloj daba otra vez la hora y otra vez nacían el desconcierto, el temblor y la meditación de antes.

Más a pesar de esas cosas, la jarana era alegre y magnífica.

E.A. Poe.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad... no me gustó. Redacción perdida, como escritura por escribir. Puedes dar mucho más, continue así diría la maestra.

El Gepe dijo...

Esta buena tu crítica, aunque más bueno estaría que no la dejaras como anónimo ya que si no te gusta lo que escribo, o no está a la alturas de tu negro paladar literario, me gustaría saber quien sos. La otra cosa...leé bien papafrita, el día que yo tenga la centésima parte de la habilidad literaria de quien escribió esto, de lo que yo solo seleccioné un fragmento, voy a poder decir que escribo bien. Salú, ElGepe.

El Gepe dijo...

Igualmente, si es que tenés las gónadas suficientes para revelar tu identidad, me gustaría que compartas algo que hayas escrito tú...para ver si me despeino o no. Gracias, ElGepe.

Anónimo dijo...

Suave!