lunes, 13 de mayo de 2013

Son las 5

Y son las 5 y por suerte ya no tengo puesto el traje de super héroe de las 8 horas.

Y son las 5 y las sábanas tienen más nudos, que la mejor pulsera hecha por algún erudito artesano de este mundo mundial que gira, gira y no se cansa de girar.

Y son las 5 y atrás me quedaron ceniceros llenos de cenizas enfermizas, cancerígenas, analgésicas.

El reloj está a 60 minutos de las 6 y el ahí; esperando a que se le quite la imagen de su alma…aquel recóndito lugar donde caló tan pero tan pero tan hondo que parece que se quedó ahí, fija, como aquella gran torre que dicen que hay en Paris.

3600 segundos lo separan de las 6 y hay veces que no alcanza.

Y son las 5 y ya no me muevo solo…algo me ayuda a mantenerme de pie.

A veces pienso que son las drogas (las legales…y rara vez la de olor dulzón) mientras otros tantos piensan, que es ese líquido amarillo con gas que se parece al pichí.

Que se vayan a cagar…esta de pie por que algo lo ayuda y no sé por qué mas.
Son las 5 y en el cenicero dejó también el nudo de su garganta y unas ganas locas de saltar de la escollera Sarandí, gritar como la loca de mierda que soy ó quien sabe que otra cosa más…

Y son las 5 y él ó yo estamos acá…quizás drogados, borrachos, parados o sentados, esperando que lo peormejor esté por venir.

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